El inmueble fue originalmente construido para albergar los granos de la ciudad, función que mantuvo y fue conocido como tal a lo largo del siglo XVIII.
En el siglo XIX la estructura fue modificada para convertirse en parte de la prisión de la ciudad, por lo que muchas leyendas circulan alrededor de este edificio.
El ingeniero belga Guillermo Wodon de Sorinne fue a quien se le encomendó hacer las modificaciones al edificio para que tuviera su aspecto actual.
En la fachada del edificio se observa el estilo ecléctico, que lo hace una construcción única en un Centro Histórico, prominentemente barroco.
En el interior se pueden apreciar murales que representan guerra de independencia, y pasajes de la lucha del hijo pródigo de Morelia, José María Morelos y Pavón.