Morelia en Boca se ha constituido como uno de los más importantes foros a nivel nacional para la promoción de la cultura gastronómica y del vino, partiendo siempre del reconocimiento a los valores del campo y la acción de productores y artesanos alimentarios. Morelia en Boca expone no sólo la riqueza del patrimonio alimentario de Michoacán, sino que asimismo interactúa y proyecta la riqueza de otros estados y países.
Una de las ferias más deliciosas de Michoacán se realiza en la colonia Santa María en Morelia, en donde se puede degustar el tradicional mole rojo con guajolote, entre otros moles. En estos días se presentan algunas de las mejores cocineras michoacanas para ofrecer este manjar.
Se lleva a cabo en el antiguo barrio de San Román, donde arribó el 14 de septiembre de 1565 la imagen de un Cristo de manufactura italiana tallado en madera de ébano.
El Cristo es bajado desde su altar para aproximarlo a los feligreses, quienes besan sus pies para conseguir la bendición de la esbelta figura.
Peregrinaciones por las calles del barrio inundan de júbilo a la población mientras, en los alrededores, los juegos mecánicos llenan de diversión en ésta arraigada tradición de la ciudad de San Francisco de Campeche. Esto se complementa con actividades culturales y artísticas, así como exposiciones artesanales y comerciales.
Morelia en Boca se ha constituido como uno de los más importantes foros a nivel nacional para la promoción de la cultura gastronómica y del vino, partiendo siempre del reconocimiento a los valores del campo y la acción de productores y artesanos alimentarios. Morelia en Boca expone no sólo la riqueza del patrimonio alimentario de Michoacán, sino que asimismo interactúa y proyecta la riqueza de otros estados y países.
Una de las ferias más deliciosas de Michoacán se realiza en la colonia Santa María en Morelia, en donde se puede degustar el tradicional mole rojo con guajolote, entre otros moles. En estos días se presentan algunas de las mejores cocineras michoacanas para ofrecer este manjar.
Se lleva a cabo en el antiguo barrio de San Román, donde arribó el 14 de septiembre de 1565 la imagen de un Cristo de manufactura italiana tallado en madera de ébano.
El Cristo es bajado desde su altar para aproximarlo a los feligreses, quienes besan sus pies para conseguir la bendición de la esbelta figura.
Peregrinaciones por las calles del barrio inundan de júbilo a la población mientras, en los alrededores, los juegos mecánicos llenan de diversión en ésta arraigada tradición de la ciudad de San Francisco de Campeche. Esto se complementa con actividades culturales y artísticas, así como exposiciones artesanales y comerciales.