La Catedral de Puebla es el monumento más representativo de esta ciudad. En los inicios de la ciudad no estaba contemplada la construcción de una catedral, debido a que la sede de la diócesis estaba en Tlaxcala. Fue hasta 1535 cuando el entonces obispo, Fray Julián Garcés, decidió cambiar la sede a esta ciudad, Iniciándose la construcción de una primera catedral. Años después se inició la construcción de una Catedral más digna de Puebla, por lo que se le pidió el proyecto a uno de los arquitectos más importantes de esos tiempos, el arquitecto el español Francisco Becerra.
En 1640, cuando el obispo Juan de Palafox y Mendoza, llegó a la ciudad, encontró que los trabajos de construcción estaban detenidos, por lo que decidió dar el impulso definitivo, de esta forma el obispo Palafox consagró la Catedral de Puebla con una misa el 18 de Abril de 1649, faltando aún las fachadas y las torres.
La construcción de las famosas torres de esta Catedral tardó casi dos siglos. La torre norte, iniciada a principios del siglo XVII, se terminó de construir en 1678 y la torre sur se terminó 90 años más tarde, en 1768. Estas torres son las más altas de las catedrales latinoamericanas, con más de 70 metros.
Uno de los espacios más enigmáticos de la Catedral está situado detrás de la puerta central, llamada “del Perdón”. Ahí se encuentran el cenotafio (monumento funerario que no contiene el cadáver del personaje a quien se dedica) de Juan de Palafox y la lápida del obispo Pantaleón Álvarez de Abreu. Durante su obispado, Juan de Palafox y Mendoza mandó a hacer su lápida mortuoria, sin embargo en 1649 fue llamado a España y años después enviado a la Diócesis de Burgo de Osma. Juan de Palafox y Mendoza murió el 1 de octubre de 1659 en España. No obstante, se decidió que esta lápida se ubicara en Puebla debido al relevante papel que Palafox y Mendoza tiene para el desarrollo de esta ciudad y de su catedral.
Ubicación: 16 de Septiembre s/n, Centro, 72000 Puebla, Puebla.
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