Saborea la riqueza de uno de los centros históricos mejor conservados, con cerca de 1,200 monumentos catalogados, distribuidos en 247 manzanas perfectamente trazadas a 90 grados, su trazo es similar a los de la Ciudad de México y de Veracruz, ya que el diseño urbano corresponde al mismo autor: Alfonso García Bravo.
Al caminar por el Centro Histórico podemos apreciar sus edificios civiles, religiosos, gubernamentales y sus plazas públicas, pero particularmente son sus mercados el complemento perfecto que con su gastronomía, deleitan al paladar más exigente, desde la variedad de moles, quesos, tamales, chapulines, chocolate, café, mezcal, téjate (bebida de origen prehispánico), tlayudas, carnes asadas con su peculiar aroma en el Pasillo del Humo y dulces típicos, que hacen del Centro Histórico de Oaxaca un lugar único y exquisito.
Complementan la riqueza sus textiles, trajes típicos, bolsas, blusas, mantas de gran colorido y diseño de aves y flores, alfarería en barro negro, jarrones, ollas, máscaras, animales, etc., los alebrijes, seres fantásticos, aves, reptiles y mamíferos multicolores que han logrado fama mundial, tallados en madera de copal.
Un viaje lleno de colores, sabores, y olores acompañados de las nostálgicas notas musicales de melodías que han trascendido fronteras: Canción Mixteca, Dios Nunca muere, la Sandunga, la Llorona o Sabor a mí…