Es considerado el espacio teatral más antiguo de América Latina, fue inaugurado en 1761 con la puesta en escena “Antes que todo es mi dama”, de Calderón de la Barca.
Durante la Guerra de Independencia (1810-1821) el público dejó de frecuentar el teatro. Entre 1812 y 1814 se cerró temporalmente por orden del Ayuntamiento por considerar que era una ofensa a Dios hacer comedias en estas circunstancias. Por un tiempo se guardó artillería en el patio del teatro para luego reanudar las corridas de toros. El edificio se deterioró de tal modo que entre 1817 y 1820 estuvo cerrado a causa de trabajos de reparación.
Durante el S. XIX fue del agrado del público la representación de entremeses, sainetes y zarzuelas. Fue una función de este último tipo de espectáculo con la que se cerró un primer ciclo dentro de la historia del Teatro Principal en 1902. El 27 de Julio, bajo la batuta del maestro Aureliano Machorro, se realizaron los números “El Bateo”, “Toros de Saltillo”, “Género Ínfimo”, y “Enseñanza Libre”. A las seis horas del día 28 un incendio consumió el Teatro Principal. La opinión pública señalaba que se trató de un atentado, sin embargo, la versión oficial argumentó el olvido de una vela en un camerino.
Posteriormente, cuenta la historia que en 1920 fue reconstruido e inaugurado una vez más con su nombre actual, en 1941 una severa reforma modifico un tanto su aspecto, aun así la estructura de la fuente en la explanada conserva los elementos virreinales tan conocidos de la época.